Club Lectura Juvenil

En esta sesión del club nos adentramos en El fantasma de Anya, un cómic de fantasía con un punto inquietante, pero también muy real. La protagonista, Anya, no encaja del todo en el instituto: le incomoda su apellido ruso, se siente insegura con su cuerpo y cree que todo sería más fácil si pudiera ser “otra persona”. Todo cambia cuando cae en un agujero y se encuentra con Emily, una niña fantasma que promete ayudarla a conseguir lo que siempre ha deseado: ser popular.

Comenzamos con una pregunta que generó silencio…“Su otro fantasma es ella misma, la parte que no acepta.” A partir de ahí, la conversación se volvió más profunda: ¿cuántas veces nos sentimos así? ¿Cuántas veces intentamos parecer otra persona para encajar?

Abrimos debate: ¿Team Anya o Team Emily?. Las opiniones se dividieron.

Situamos Moscú y Brooklyn en el mapa para entender el contraste cultural de la historia, descubrimos algunas comidas típicas rusas y nos detuvimos en las ilustraciones del cómic, con sus tonos azulados que envuelven todo en un aire de misterio y melancolía.

Para cerrar, cada uno imaginó su propio fantasma:
“Si yo tuviera un fantasma que me acompañara…”
Algunos lo describieron como un guía que les ayudaría a superar miedos o inseguridades y les daría las respuestas en los exámenes....

Terminamos con la sensación de que El fantasma de Anya no es solo una historia de fantasmas, sino de identidad, de amistad y de la difícil tarea de aceptarse a uno mismo cuando el mundo parece esperar que seas alguien distinto.

Esta primera sesión del club de lectura la hemos dedicado a presentarnos y a romper el hielo a través del libro Cartas escritas con plumas y pelos.

Antes de comenzar la lectura, cada participante compartió su interpretación del título, imaginando qué tipo de historia podía esconderse detrás de esas “cartas” tan curiosas: algunos pensaron en animales que escriben, otros en secretos, y no faltó quien sospechara que habría algo de engaño.

A continuación, leímos el texto en grupo, por turnos. Las cartas del señor zorro dirigidas a la señora gallina despertaron risas, pero también debate: ¿quién es realmente el zorro?, ¿qué busca con sus palabras tan dulces? La conversación nos llevó a reflexionar sobre las intenciones ocultas, la manipulación y cómo, a veces, las apariencias pueden engañar también en la vida real.

Comentamos la ironía del texto, la humanización de los animales y cómo el lenguaje y las ilustraciones de Delphine Perret refuerzan ese tono entre cómico y crítico. El vocabulario resultó muy rico, y el formato epistolar dio mucho juego para leer en voz alta e imaginar las voces de los personajes.

Fue una sesión participativa y cercana. Cerramos con la idea de elegir entre todos un nombre para nuestro club en los próximos encuentros.